viernes, 30 de marzo de 2007

El Valle del Jerte

Hace una semana estuvimos en el Valle del Jerte. Aquí, cuando la nieve empieza a derretirse, las laderas de las montañas vuelven a teñirse de blanco, esto es porque empiezan a florecer el millón de cerezos que hay en el Valle del Jerte.


Los vecinos del Valle del Jerte, celebran este acontecimiento con la Fiesta del Cerezo en Flor durante la segunda quincena del mes de Marzo, además está declarada de interés turístico regional.


Durante las dos semanas que dura esta fiesta, todas las poblaciones del Valle del Jerte se preparan para recibir a cientos de visitantes, así que organizan multitud de actividades, exposiciones, espectáculos, mercados medievales, degustaciones de productos típicos de la zona, como por ejemplo el licor o el aguardiente de cereza, mieles, mermelada de cereza, e incluso productos ecológicos. Nosotros estuvimos el domingo 25 de marzo, fue un viaje relámpago, pero mereció la pena ir.

Además tuvimos la suerte de poder ver un desfile de coches antiguos que pasaban por Navaconcejo para dirigirse a Cabezuela del Valle.


A la hora de comer, buscamos un sitio tranquilito para sacar nuestros bocadillos. Encontramos uno a la orilla del río Jerte, en plena naturaleza, donde el único ruido era el sonido del agua bajando de las pequeñas cascadas.

En general, el Valle del Jerte es un paraíso natural, es fantástico ver los cerezos llenos de flores blancas. La época ideal para visitarlo, es la segunda quincena de marzo, en plena fiesta, porque la flor en el cerezo dura sólo unos pocos días. La recolección de las cerezas empieza en Mayo, y la mejor temporada para ver los cerezos llenos de frutos es en el mes de Junio.



Torre de Llerena


Detalle de la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, situada en la Plaza Mayor de Llerena.

jueves, 22 de marzo de 2007

El dolmen de Lácara

El otro día visité el dolmen de Lácara y la verdad es que es algo impresionante... 

 Sólo cuando estás allí te das cuenta de la magnitud de esta construcción y cuesta creer que unas personas, sólo con sus manos y la escasa ayuda de herramientas primitivas, pudieran levantar algo así.



Se encuentra en mitad de una dehesa, en la carretera que une Aljucén con La Nava de Santiago, a pocos kilómetros de Mérida. Es uno de los dólmenes más espectaculares de España y el estado de conservación es muy bueno.

La cámara (el lugar en el que enterraban a sus seres queridos) tendría originalmente unos 5 metros de altura y está formada por grandes piedras que se curvaban para formar una especie de cúpula que se cerraba mediante una losa en la parte superior (tapa).


A la cámara se accede a través de un corredor que es una auténtica obra de arte. Cuando estás en su interior te recorre un escalofrío al imaginar escenas de hace miles de años.



Toda la estructura estaba originalmente cubierta de piedras (cantos) y tierra, para formar un gran túmulo impermeable que apenas se distinguía de su entorno: pasaba a formar parte del paisaje.. pasaba a formar parte de la Gran Madre Tierra.

Merece la pena visitarlo y ahora en primavera es una época estupenda.